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Fondecyt Iniciación:

Los nuevos temas que se investigan en la UC


Un mapa de niebla, la biodiversidad de la Patagonia, las relaciones entre China y Chile, y las brechas salariales entre hombres y mujeres, son algunos de los 34 proyectos de investigadores jóvenes de la universidad, seleccionados en la reciente convocatoria del concurso Fondecyt Iniciación.

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photo_camera Muy variadas son las temáticas de los 33 proyectos seleccionados en la última convocatoria del concurso Fondecyt Iniciación. (Fotografía: Karina Fuenzalida)

El concurso "Fondecyt de Iniciación a la Investigación", de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), es el primer gran impulso que recibe un investigador que está comenzando su carrera.

En los resultados de la última convocatoria, entregados a fines de octubre, fueron seleccionados 34 proyectos de la UC. Como afirmó la directora de Investigación, María Elena Boisier, “iniciativas como el Fondecyt de Iniciación apoyan a investigadores e investigadoras jóvenes, que con nuevas miradas y propuestas, y a través de la ciencia de excelencia, brindan soluciones novedosas a problemáticas actuales".

Pero, ¿quiénes son esos investigadores e investigadoras, cuáles son sus temas de estudio, qué los motiva y cómo proyectan su investigación? Aquí, cuatro de los proyectos seleccionados y las historias que hay detrás. (Ver listado completo)

Niebla: La fuente de agua del futuro


Niebla en la Estación Atacama UC - Imágenes captadas por Camilo del Río.


Ante un contexto de sequía, desertificación y cambio climático, se hace necesario buscar fuentes alternativas de agua. En el desierto más árido del mundo, “donde cada gotita vale oro” -como dice el geógrafo Camilo del Río-, la niebla puede ser una respuesta. “Podría permitir el desarrollo de actividades productivas de baja escala y ser una opción sostenible para proveer de agua a localidades pequeñas”, explica.

Precisamente los estudios pioneros en niebla comenzaron en el Instituto de Geografía UC, en la década de los ochenta, impulsados por la académica Pilar Cereceda, y que luego han sido proseguidos, entre otros, por el profesor Pablo Osses. De hecho, la Estación Atacama UC, base de investigación de la universidad en Alto Patache, a 60 km al sur de Iquique, se encuentra en un “oasis de niebla” y su “símbolo” son sus atrapanieblas, estructuras que atrapan gotita a gotita la camanchaca que cubre completamente el territorio, dejando varios litros de agua que pueden ser utilizados tanto para consumo humano como actividades productivas.

Así nació la idea de crear un mapa de niebla del norte de Chile, que “permita saber dónde se encuentra la niebla y cuánta agua se puede obtener, tanto para las comunidades como para los tomadores de decisión”,  comenta el investigador, quien también integra el Centro del Desierto de Atacama y el Centro de Derecho y Gestión de Aguas UC. Así nació el proyecto “La variabilidad espacio-temporal de la niebla costera del norte de Chile (18° - 30°S): análisis multi-factorial y multi-escalar para la construcción del mapa de agua niebla”.

A través de este mapa de toda la costa norte de Chile, desde Arica hasta Valparaíso, Camilo del Río buscará determinar la frecuencia de la presencia de niebla, utilizando datos metereológicos e imágenes satelitales de los últimos 25 a 30 años. Esto permite monitorear la distribución de la niebla en el territorio, tanto en un día, como por cada estación del año.

Si bien se trata de promedios y se utilizará una escala de 1 km2, el mapa también permitirá ver tendencias, el aumento o disminución de la niebla en ciertas zonas o los efectos que provocan fenómenos como el anticiclón del Pacífico o la temperatura del mar -que cambia con las corrientes del Niño o la Niña-. Así como detectar anomalías o factores que intervienen en su formación.

La segunda parte del proyecto es la escala local. Aspectos como el “grosor” de la niebla, el inicio y “tope” de la nube, y su incidencia en el territorio, son muy difíciles de determinar con imágenes satelitales. Ir a terreno resulta imprescindible. Es por esto que el investigador definió tres puntos de control o monitoreo: La Estación Atacama UC, en la región de Tarapacá, que representa el Chile súper árido; Parque Nacional Pan de Azúcar, en las regiones de Antofagasta y Atacama, que refleja al Chile árido; y Parque Nacional Bosque Fray Jorge, en la región de Coquimbo, como muestra del Chile semi árido.

“El agua es un elemento vital. Mi sueño es que la niebla se convierta, al menos, en una parte del suministro para el consumo humano, pero que también posibilite la agricultura -hay experimentos de cultivos hidropónicos con agua de niebla de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal- e incluso, la reforestación. Y que también sirva para relevar los servicios ecosistémicos que brindan estos territorios”, afirma Camilo del Río y va más allá: “La mayor parte de las áreas protegidas de nuestro país están en el sur, son pocas las que se encuentran en el norte, menos en la costa. Para mí sería un sueño que el área que va desde Alto Patache hasta cerro Guanacos -en la costa de Tarapacá-, en donde se encuentran ecosistemas únicos y también hitos patrimoniales, estuviera protegida”.

Proteger la biodiversidad de la Patagonia

“Siento que a la Patagonia no se le da la importancia que se le debería dar. Hay que protegerla de los efectos del cambio climático y de las actividades humanas", afirma la investigadora María José Martínez. (Fotografía: María José Martínez)
“Siento que a la Patagonia no se le da la importancia que se le debería dar. Hay que protegerla de los efectos del cambio climático y de las actividades humanas", afirma la investigadora María José Martínez. (Fotografía: María José Martínez)

La naturaleza no solo ofrece paisajes hermosos. También nos provee de agua limpia y alimentos, regula el clima y enfermedades, nos permite desarrollar actividades económicas y recreativas, entre muchas otras cosas. Todo ello es lo que se conoce como “servicios ecosistémicos”.

En Chile, estos estudios han sido liderados por investigadores de la talla de Juan Carlos Castilla, Premio Nacional de Ciencias Aplicadas 2010; Juan Armesto y Pablo Marquet, todos académicos de la Facultad de Ciencias Biológicas, quienes llevan años impulsando la creación de zonas protegidas como una forma de proteger la biodiversidad y sus múltiples beneficios esenciales para el bienestar humano.

Este es precisamente el tema que ha cautivado a la postdoctorada de la Facultad de Ciencias Biológicas, e investigadora de CAPES UC y del IEB, María José Martínez. Sus estudios respecto de los servicios que brinda la naturaleza y su adecuada evaluación para la toma de decisiones la ha llevado a publicar en destacadas revistas internacionales. Su trabajo, de hecho, se ha convertido un referente a nivel internacional, lo que le valió recibir el Premio L’Oréal Chile-Unesco For Women In Science en 2019.

Este es también el tema de su proyecto seleccionado por el concurso Fondecyt Iniciación: “Priority setting for biodiversity and cultural ecosystem services by integrating terrestrial and marine systems in Patagonia”.

“Siento que a la Patagonia no se le da la importancia que se le debería dar. Hay que protegerla de los efectos del cambio climático y de las actividades humanas; si bien más de la mitad de la zona de los fiordos está protegida, no contamos con planes de manejo. Existe acuicultura en áreas protegidas, no conocemos los efectos de los escapes masivos de peces… También está el turismo. Necesitamos empezar a compatibilizar las actividades económicas con la sustentabilidad”, afirma la investigadora. “Hemos fallado en resguardar esta biodiversidad”, añade.

Con esta certeza nació su proyecto que consiste en mapear “hot spots” o puntos de servicios ecosistémicos y culturales en la Patagonia chilena, desde el seno de Reloncaví hasta Cabo de Hornos. Se trata de identificar aquellos lugares, terrestres o marítimos, que brindan servicios de ecoturismo, identidad cultural, recreación y belleza escénica, entre otros; así como obtener información sobre biodiversidad. “El objetivo es relevar la importancia de estos múltiples beneficios”, explica. ¿Y cómo? Utilizando las redes sociales. Se trata de usar las mismas fotos que sube la gente para elaborar un mapa. “De aquí es posible obtener mucha información, no solo de los lugares, sino también de las emociones que éstos generan en las personas”, explica la investigadora.

El objetivo es identificar áreas y acciones prioritarias en los ecosistemas mar-tierra, para la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos culturales, de modo de evitar los impactos negativos que afectan estos sistemas en la Patagonia chilena. Como finaliza María José Martínez: “Con toda esta información es posible priorizar y realizar una adecuada evaluación para la toma de decisiones y fortalecer la gestión de conservación en la Patagonia”.

Más mujeres en ciencia, ¿la solución para reducir la brecha salarial?

En Chile, solo 1 de cada 4 matrículas en carreras en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), corresponden a mujeres (Ver más). La tendencia no es exclusiva de nuestro país. En Estados Unidos, el 19,2% de las personas con un grado académico en tecnología o ingeniería son mujeres.

Como en esta área los sueldos suelen ser altos, la elección de carrera es vista como uno de los factores que explicarían la brecha salarial entre hombres y mujeres. Y es por esto que varios países, incluido Chile, están haciendo esfuerzos por incentivar que más mujeres estudien estas carreras, como por ejemplo, bajar los puntajes de admisión, entre otros incentivos. Pero, ¿por qué las mujeres no las eligen? Y si lo hacen, ¿cuál es el impacto real?

Estas son algunas de las preguntas que motivaron a la académica de la Escuela de Gobierno, Josefa Aguirre, a presentar su proyecto a Fondecyt Iniciación, “Understanding the roots of the gender gap in the labor market”. Propuesta que nace de un trabajo anterior, junto a la investigadora de la Universidad de Chile Ana María Montoya y Juan Matta, de la Universidad de Nueva York.

El objetivo del estudio es entender las raíces de las brechas de género en el mercado laboral. Se busca determinar en qué medida el promover la participación de mujeres en campos con altos ingresos dominados por hombres, puede ayudar efectivamente a reducir la brecha salarial.

“Nuestra sensación es que no basta con estudiar Ingeniería para cerrar la brecha. Lo que hicimos es juntar los datos de educación, fertilidad e ingresos. Las carreras de Ingeniería y tecnología pagan muy bien, pero la brecha salarial también es más alta. En los primeros años, la brecha entre ingenieros e ingenieras es más alta que en otras carreras. La duda es qué habría pasado si una mujer ingeniera hubiera estudiado otra cosa o al revés, si una mujer de otra profesión hubiese ingresado a Ingeniería”, explica Josefa Aguirre.

“Lo primero que queremos hacer es conocer el impacto que tiene para estas mujeres haber estudiado Ingeniería. No sólo en términos de ingresos, también en fertilidad, probabilidad de trabajar, entre otros. Y tratar de entender las barreras que existen”, cuenta esta ingeniera comercial, y doctora en Economía y educación por Teachers College Columbia University.

Asimismo, el proyecto tomará como caso de estudio un grupo bien particular: Aquellos postulantes que estuvieron en el borde de quedar o no en Ingeniería, y que también tenía entre sus opciones una carrera de las ciencias sociales y humanidades. “Lo que vemos, es que para los hombres que quedan en Ingeniería hace una gran diferencia en cuanto a salarios, pero para las mujeres no”, dice esta investigadora y agrega: “Nuestra sensación es que a las mujeres les cuesta entrar en ciertas industrias, que siguen siendo muy masculinas”.

Otro punto a estudiar es cómo los ambientes en que se encuentran las mujeres -los compañeros de universidad o de colegio, o la familia- pueden afectar los resultados a largo plazo de las mujeres y su toma de decisiones. Aquí también cobra relevancia la creación de redes, especialmente con otras mujeres.

Todas estas preguntas e intuiciones son solo el punto de partida para esta investigadora, que sin duda el tema de la inserción de las mujeres en el mercado laboral es algo que la apasiona. De hecho, otra de las aristas que llaman su atención por estos días es cómo ha afectado la pandemia por Covid-19 a las mujeres, de distintas carreras y niveles socioeconómicos, qué sucederá con todas quienes han perdido el empleo o han debido dejar el mundo laboral para ocuparse de las labores domésticas y el cuidado de los hijos, especialmente los efectos sociales que todo ello conlleva. Porque como concluye Josefa Aguirre: “En una sociedad en que hay menos mujeres trabajando, hace que el país sea también más sexista”.

Diplomacia cultural: Viajeros chilenos en China

“Viajeros de la Guerra Fría: Diplomacia cultural y redes transnacionales entre Chile y la República Popular China (1949-1979)” es el proyecto de la académica del Instituto de Historia María Montt. (Fotografía: Memoria Chilena/Margarita Aguirre en las tumbas Ming, 1960)
“Viajeros de la Guerra Fría: Diplomacia cultural y redes transnacionales entre Chile y la República Popular China (1949-1979)” es el proyecto de la académica del Instituto de Historia María Montt. (Fotografía: Memoria Chilena/Margarita Aguirre en las tumbas Ming, 1960)

En plena Guerra Fría, cuando el mundo se dividía entre dos grandes potencias -Estados Unidos y Rusia-, otro gigante también buscaba ejercer un rol. A través de un programa de “diplomacia cultural”, China buscaba legitimación internacional. Para lograrlo, cursó una serie de invitaciones a intelectuales y artistas de distintos países del llamado “tercer mundo”, entre ellos Chile, para que visitaran el país y conocieran la experiencia revolucionaria de la llamada “nueva China”.

¿Quiénes fueron esos viajeros chilenos, cómo fue su viaje, qué impresiones tuvieron, qué vínculos desarrollaron…? Estas son algunas de las preguntas que rondan en la mente de María Montt, académica del Instituto de Historia e investigadora del Centro de Estudios Asiáticos UC, y que la llevaron a presentar el proyecto “Viajeros de la Guerra Fría: Diplomacia cultural y redes transnacionales entre Chile y la República Popular China (1949-1979)”.

“Me interesa conocer los imaginarios que tenían esos viajeros, los estereotipos, muchos de ellos vigentes hasta el día de hoy”, cuenta la investigadora y agrega: “Con mayor conocimiento, se puede contribuir a desarmar esos estereotipos”. Magíster en Estudios Chinos por la School of Oriental and African Studies (SOAS) de la Universidad de Londres y con una serie de publicaciones a su haber, China, la Guerra Fría y también las relaciones que surgen entre las personas -la diplomacia “no oficial”- son los temas que lleva investigando hace ya un buen tiempo.

El proyecto se concentra en las maneras en que los aspectos culturales fueron parte de la estrategia de la relación de China con Chile; así como también en el viaje mismo, como espacio de intercambio, producción y transmisión de conocimiento, generando un “mapa” de esta travesía. “Mi objetivo es reconstruir esta historia de las relaciones entre ambos países”, afirma María Montt.

Los viajeros fueron muy diversos. Entre ellos se encuentran figuras como el poeta Ángel Cruchaga Santa María, quien fruto de su viaje escribió el libro “Anillo de Jade. Poemas de China” (1959). También se encuentra el poeta, investigador y gestor cultural Tomás Lagos, y Olga Poblete de Espinoza, profesora y pionera en la lucha sobre los derechos e igualdad de las mujeres en Chile.

Otro aspecto de la investigación es aportar a construir un archivo de las relaciones entre Chile y China, a través de libros, crónicas de viajes, fotografías y otros documentos, existente tanto en bibliotecas como archivos privados, incluso en redes sociales.

“Es muy gratificante haber logrado este fondo, no solo por todo el trabajo que implica, sino que también permite contar con tesistas y ayudantes, con lo que se contribuye a generar masa crítica. Ayudas a generar conocimiento, es una forma de retribuirle a la universidad”, dice esta historiadora. Y concluye: “Este proyecto abre una puerta para continuar estudiando las relaciones entre China y Chile, por ejemplo, en otros periodos de tiempo”, siempre a la luz de preguntas actuales, en que China se perfila como una potencia mundial.


 


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